Se llaman recursos naturales aquellos que proporciona la naturaleza y de los cuales el ser humano hace uso. Estos pueden dividirse en dos grupos: recursos renovables y no renovables.

Recursos Hídricos

De los principales recursos renovables del valle de Aconcagua, el agua ocupa un lugar preponderante dado la cantidad de usos que la requieren, como la agricultura, minería, generación de energía eléctrica, consumo doméstico, etc. De sus fuentes en la alta montaña aún persisten algunas formaciones de glaciares, remanente de antiguas glaciaciones y que han alimentado por mucho tiempo los ríos cordilleranos.

Este sistema ha conformado un hábitat favorable para el asentamiento humano a lo largo del tiempo, sustentando a su vez el desarrollo agrícola-ganadero y la explotación de recursos mineros.

En nuestro Valle tenemos importantes fuentes de aguas termales y minerales conocidas desde hace mucho tiempo. Entre ellas destacan las Termas de Jahuel en la comuna de Santa María y los Baños del Corazón en la comuna de San Esteban.

Recursos edafológicos

El suelo es junto con el mar, el otro gran proveedor de materias primas y alimentos para el ser humano. Este recurso se ha formado muy lentamente a través de los siglos, a razón de 2,5 cm. de capa vegetal cada quinientos años, por lo que es necesario un manejo adecuado y responsable para evitar su destrucción.

A pesar de que el suelo pertenece a los recursos naturales renovables debe manejarse con sumo cuidado debido a la lentitud con que se forma y a la facilidad con que se erosiona. Su fertilidad y conservación dependen de su espesor y de tres elementos básicos: nitrógeno, fósforo y potasio, los que, a su vez, son nutrientes básicos para las plantas.

Los suelos de la zona han sido destinados principalmente a labores agrícolas y ganaderas. Las tierras cultivables se han extendido con mucho esfuerzo, lo que ha significado tensionar al máximo el uso del agua. Pero aún así, en los últimos tiempos se ve un gran impulso por realizar costosas inversiones para el cultivo de altura, aprovechando las laderas que circundan el Valle. Esto podría tensionar aún más las fuentes de recursos hídricos. Existen antiguas propuestas para construir un embalse en la zona del Alto Aconcagua, que permita regular el uso de las aguas superficiales y mantener una reserva para las recurrentes épocas de sequía.

Recursos minerales

La explotación minera en esta zona se remonta a la época preincaica y es factible pensar que comienza con la utilización del cobre nativo, único mineral, además del oro, que podía fundirse y ser usado en forma directa. Algunas de las explotaciones conocidas desde hace años son Cerro Colorado (conocido desde la época incaica) en la zona oriente del Valle, y algunas minas de la zona de Catemu y Putaendo.

Sin embargo, el auge minero industrial se produce en la zona, con la explotación del yacimiento de cobre Río Blanco, actualmente conocido como División Andina de la empresa estatal Codelco-Chile. Cuya explotación se inició el 24 de julio del año 1970.

En ese entonces, la "Compañía Minera Andina" fue una de las pocas explotaciones mineras que surgieron como sociedades mixtas (privado - estatales) en 1966, durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva. Posteriormente, el yacimiento pasó en su totalidad al Estado, gracias a la Ley de Nacionalizacion del Cobre, dictada en julio de 1971 durante el gobierno del Dr. Salvador Allende Gossens.

La mina está ubicada en el cajón del río Blanco y realiza sus operaciones entre los 3.000 y 4.000 m.s.n.m., tanto en faenas subterráneas en la Mina Río Blanco, como a cielo abierto en Sur Sur, Don Luis y La Unión.

Contaminación medio ambiental

Sabías que en el capítulo III de nuestra constitución política de 1980, en el artículo 19, que tiene relación con los derechos y deberes de los chilenos y chilenas, el 8º punto define: "El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza."

La ley podrá establecer restricciones específicas al ejercicio de determinados derechos o libertades para proteger el medio ambiente.

La Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA) elaboró un acabado estudio sobre el perfil ambiental de las distintas regiones del país.Una de ellas es la Región de Valparaíso. Aquí presentamos algunas de las conclusiones que arrojó este estudio en relación al valle de Aconcagua.

Este estudio, revela por ejemplo que:

1.- La zona del valle de Aconcagua es una de las áreas más intervenidas de la región, con un desarrollo industrial significativo y centros urbanos en crecimiento.

Lo anterior ha provocado un deterioro en el medio ambiente, dentro del cual destacan la contaminación hídrica del río Aconcagua y sus afluentes, la pérdida de ecosistemas, deterioro y pérdida de suelos productivos y contaminación atmosférica. Esta última provocada por el sector productivo y las fuentes móviles.

2.- Uno de los principales problemas ambientales de la región es la contaminación del río Aconcagua.

3.- La expansión urbana y el crecimiento de las ciudades de San Felipe y Los Andes, han hecho que suelos de buena calidad y alta productividad sean ocupados por actividad industrial o urbana.

4.- Una de las zonas más críticas de contaminación atmosférica, dentro del valle de Aconcagua es la comuna de Catemu. El origen del deterioro de la calidad del aire está asociado a la actividad industrial, quemas agrícolas, suelos erosionados y caminos sin pavimentar.

En la actualidad, el medio ambiente del Valle enfrenta problemas de contaminación, deterioro de ecosistemas, falta de protección de flora y fauna nativa y escasas iniciativas de conservación o preservación.

El sector más afectado es aquel donde se encuentra la mayor concentración de población y se desarrollan las actividades económicas más relevantes.

De igual forma, en los sectores más altos, denominados Alto Aconcagua, se ha producido un nivel de intervención que hace casi imposible encontrar vestigios de los ecosistemas originales que cubrían esta zona. Hoy sólo en sectores cordilleranos, de escasa accesibilidad, existen condiciones naturales con mínima alteración. Entre estos últimos destacan los sistemas de lagunas cordilleranas y algunos cajones cordilleranos.

Contaminación hídrica

Uno de los principales problemas de contaminación hídrica que ha enfrentado el río Aconcagua ha sido el vertimiento directo de aguas servidas de sus principales ciudades. La puesta en marcha de Plantas de Tratamiento de Aguas Servidas tanto en las ciudades de San Felipe como Los Andes han contribuido a revertir esta situación.

Otros focos de contaminación están relacionados con las actividades económicas del Valle, como el vertimiento de pesticidas y otros contaminantes derivados de la agroindustria, o el aumento de la concentración de minerales en las aguas, producto de la actividad minera. No obstante lo anterior, la legislación ambiental ha permitido un mayor control por parte de los agentes fiscalizadores, generándose importantes programas para solucionar situaciones ambientales en el Valle. Entre ellos destaca el Acuerdo Ambiental Voluntario suscrito por la División Andina de Codelco-Chile, la Intendencia Regional, la Gobernación de Los Andes, la Municipalidad de Los Andes y cinco servicios fiscalizadores: Servicio de Salud Aconcagua; Servicio Agrícola Ganadero (SAG) V Región: Servicio Nacional de Geología y Minas (SERNAGEOMIN); Dirección General de Aguas (DGA) V Región y Superintendencia de Servicios Sanitarios, que han permitido identificar y superar un número importante de situaciones ambientales fuera de norma.

Contaminación atmosférica

Si bien el valle de Aconcagua cuenta con un régimen de vientos que evita grandes concentraciones de contaminantes atmosféricos, las quemas agrícolas, el polvo en suspensión de las faenas agroindustriales, el aumento del parque vehicular y la consecuente congestión en las principales ciudades, son elementos que pueden constituirse en focos de contaminación permanente.