Este período se caracteriza por la estabilidad política, basada en las ideas de Diego Portales, aunque no exenta de algunos conflictos internos y externos que no lograron desestabilizar el orden impuesto. Estabilidad que se vio reforzada por el auge económico que vivió el país en esa época. El gran desarrollo de la minería en el norte y el desarrollo de la agricultura en la zona central.
Esta estabilidad política y económica, muy distinta a los otros países sudamericanos, atrajo a varios extranjeros que, escapando de dictaduras o contratados por el gobierno de Chile, dejaron su huella en estas tierras.
Un destacado extranjero que vivió en el Valle fue el argentino Domingo Faustino Sarmiento. Durante su estadía, en la localidad de Pocuro en la actual comuna de Calle Larga, en el año 1832 estuvo a su cargo una pequeña escuela en dicha localidad, y fue profesor particular del joven andino José Joaquín Aguirre Campos, destacado médico en el ámbito nacional. En 1842, bajo el gobierno de Manuel Bulnes, fue director de la Escuela Normal de Preceptores, primera en Sudamérica.
Batallón de voluntarios de Aconcagua
A mediados de la década del 30 del siglo XIX, Chile le había declarado la guerra a la Confederación Perú-boliviana que era dirigida por el general boliviano
Andrés Santa Cruz. La muerte de Diego Portales - ideólogo del período-, convirtió la guerra contra la Confederación en un hecho que concitó gran apoyo popular, alistándose gran número de reclutas en forma voluntaria. Entre las unidades del ejército que se formaron a mediados de 1838, una fue integrada completamente por vecinos aconcagüinos y recibió el nombre de Batallón de Voluntarios de Aconcagua.
Motín de San Felipe
Manuel Bulnes, luego de su triunfo sobre la Confederación, fue elegido Presidente. Sus primeros años de gobierno fueron tranquilos pero presagiaban nuevos conflictos debido a la fuerza que concitaban las ideas liberales. Francisco Bilbao y Santiago Arcos, dos ilustres liberales, fundan en Santiago la Sociedad de la Igualdad, inspirados en el liberalismo francés que se enraizaba en los principios de la Revolución Francesa, y que tendría derivaciones posteriores en la fundación de movimientos de carácter socialista.
En San Felipe se forma una Sociedad de la Igualdad, cuyos integrantes serán protagonistas, en 1850, del episodio histórico conocido como el Motín de San Felipe.
El apresamiento del director y del abogado del periódico El Aconcagüino (Ramón Lara y Benigno Caldera, respectivamente), pertenecientes a la Sociedad de la Igualdad de San Felipe, por el gobernador Blas Mardones, provocó una revuelta de proporciones en San Felipe. El pueblo se amotinó y asaltó la intendencia y la casa del gobernador (hoy en dicha casa se encuentra el Club San Felipe), muriendo media docena de personas.
Liberados los presos se formó una junta gubernamental integrada por Benigno Caldera, el alcalde Manuel Antonio Carmona y el ex intendente Ramón García.
Finalmente, este motín fue sofocado en las calles de San Felipe por un batallón de infantería enviado por el gobierno desde Santiago y secundado por milicias andinas contrarias a los rebeldes. Este hecho fue la antesala de la revolución que afectó a gran parte del territorio nacional durante el año de 1851, luego de las elecciones que dieron como ganador a Manuel Montt.
Revolución de 1859
Manuel Montt asumió el gobierno el 18 de septiembre de 1851, en medio de la revolución; cuatro meses después, recién pudo comenzar a gobernar.
Con menos apoyo que al comienzo, Montt nombra como candidato de gobierno a Antonio Varas, lo que no fue bien visto por un sector de la población.
Comienzan de este modo, durante el año 1859 los movimientos revolucionarios y se aplica estado de sitio a Copiapó, Valparaíso y Aconcagua.
En San Felipe el intendente Timoteo González, apresa a Ramón Lara y a Ramón García, quienes fueron relegados a Santa Rosa de Los Andes. Otras personas, como Luis Ovalle y Joaquín Oliva, fueron castigados con arresto domiciliario.
La represión desatada por el intendente provocó un aumento del número de disidentes, quienes deciden enfrentar la autoridad.
El día 12 de enero y después de una hora de batalla, los revolucionarios se tomaron San Felipe, apresaron al intendente y nombraron en su lugar a don Luis Ovalle. Al día siguiente las tropas revolucionarias se toman Putaendo y nombran gobernador a don Benancio Álamos. Sólo quedaba esperar la respuesta de Los Andes a la revolución.
Esta respuesta nunca se concretó, porque ese mismo día llegan a Los Andes las tropas de gobierno que habían viajado desde Santiago a la provincia, para detener el avance de los rebeldes. En esta ciudad se suman algunos partidarios del gobierno.
La orden emanada del gobierno central fue la de "reducir a potrero" la ciudad de San Felipe, orden que recayó en el comandante de Cazadores Tristán Valdés Sotomayor. La resistencia de la población sanfelipeña duró más de cuatro horas, en la que debieron enfrentar no sólo a las tropas de gobierno sino que, también, a los saqueadores, los que una vez terminada la batalla asolaron San Felipe.
La revolución terminó en Aconcagua, pero continuó en otros lugares de Chile.