A continuación te vamos a entregar un pequeño análisis de la situación laboral de la población del valle de Aconcagua, tomando en cuenta los datos del
último censo 2002. Para que puedas entender mejor este análisis debes aprender los siguientes conceptos claves:
A continuación presentamos un esquema de la población total del valle de Aconcagua, analizando la variable laboral. Basado en los datos del censo del año 2002.
Como ya sabemos, según los datos arrojados por el censo 2002, la población total del valle de Aconcagua alcanza a 223.594 habitantes. De ésta, el 73,7% corresponde a la Población en Edad para Trabajar (PET), personas mayores de 15 años, y que en número equivale a 164.795 personas. La población perteneciente a este grupo se considera económicamente en edad para producir. De éste se desprenden dos categorías económicas: la Población Económicamente Activa o Fuerza de Trabajo (PEA) y la Población Económicamente Inactiva (PEI).
La PEA en el Valle alcanza a 85.797 personas, y corresponde al 52,1% de la PET. De esta cifra, el 86% de la PEA corresponde a la categoría de personas ocupadas, mientras que el restante 14% pertenece a la categoría de personas desocupadas.
La PEA, en la categoría de personas ocupadas, corresponde a las personas que se emplean en los distintos sectores productivos de la economía, y que de acuerdo a los datos del último censo en el valle de Aconcagua serían 73.761 personas.
En cuanto a la distribución sectorial de ocupación de este universo, es el sector económico servicios el que mayor cantidad de individuos emplea con 40.576 personas, lo que equivale al 68,6%. Le sigue el sector agrícola con 14.677 empleos, equivalente al 19,9%. Más abajo está el sector industrial con 6.492 puestos de trabajo correspondiente al 8,8%, y finalmente está el sector minero con 2.016 puestos de trabajo, que equivale al 2,7% de la PEA ocupada.
Estos datos indican que, al contrario de lo que se cree, el valle de Aconcagua concentra una mayor cantidad de puestos de trabajo en la rama económica de servicios y no en la agrícola y minera. Estas dos ramas económicas concentran el 22,6% de los puestos de trabajo, un tercio menos de los que aporta el sector servicios con un 68,6%. Sin embargo, históricamente el sector agrícola y minero han sido los más importantes, dándole identidad al Valle y a sus habitantes.
Por su parte, el sector económico industrial, que concentra el 8,8% de los puestos de trabajo, está en su gran mayoría ligado a la producción agroindustrial, como las fábricas de conservas Aconcagua Foods S.A. en la comuna de San Felipe, e Indal en la comuna de Los Andes. Pero también en este sector está presente la industria automotriz, como la fábrica de ensamblaje Renault-Cormecánica ubicada en el sector de San Rafael, ciudad de Los Andes.
El porcentaje de la población económicamente activa ocupada de la provincia de San Felipe de Aconcagua, es de un 57,9% con respecto al total de la población del Valle, lo que equivale a 42.701 personas. La Tabla N° 3 muestra que de este universo el sector económico con mayor porcentaje de trabajadores empleados es el de servicios cuya ocupación es de un 64,1%, seguido por el sector agrícola con un 24,3%, luego se ubica el sector industrial con un 10,3%, y finamente el sector minero con un 1,3%.
En la provincia de Los Andes el porcentaje de la población económicamente activa ocupada es de un 42,1% con respecto a la población total del Valle, equivalente a 31.060 personas. La tabla N° 4 muestra que de este universo, tal como en San Felipe de Aconcagua, el sector servicios es el que mayor empleo da con un 74,7%, seguido por el sector agrícola con un 13,9%, luego viene el sector industrial con un 6,8% y finalmente el sector minero con un 4,6%.
En las últimas décadas, la evolución del empleo en el valle de Aconcagua ha estado ligada, entre otros elementos, a dos fenómenos relativos a la industria minera y agrícola. En el primer caso, la ejecución de grandes proyectos de inversión ha determinado condiciones temporales de aumento de empleos disponibles, lo que se ha traducido en tasas históricamente bajas de desempleo. Sin embargo, dichos proyectos tienen un tiempo limitado de ejecución, ya que una vez realizados, el desempleo vuelve a las tasas normales.
En la agricultura en tanto, los períodos de cosecha y otras labores estacionales dan lugar a empleos no permanentes o temporales. Si se analiza la estadística de desempleo en el Valle, se podrá apreciar que éste aumenta en invierno, y disminuye en primavera y verano. (www.ine.cl).
Otro elemento que explica la distribución del empleo por rama económica en el valle de Aconcagua, es su condición de puerto terrestre y el hecho de constituir una de las principales rutas internacionales que une a Chile con los países del cono sur de América Latina. El sector servicios que agrupa actividades como el transporte, servicios financieros, turismo y comercio; se ve incrementado por este hecho.