Como una muestra de la riqueza de nuestras tradiciones en diferentes ámbitos y ante la imposibilidad de tratar y ejemplificar cada una de sus expresiones en profundidad, hemos optado por entregar un ejemplo de cuento, leyenda y poesía popular.
Fragmento del cuento Tiempo de matar
"Va mareado. Se deja llevar por el animal que trasmonta lentamente cumbre tras cumbre, hondonada tras hondonada. Transcurren muchas horas de caminata.
¡Cómo le duele el estómago! No puede evitar las ganas de vomitar las conservas que engulló en el estero "Las Margaritas" y que eran de las estanterías de Jesús Chandia.
El sol inclina sus últimos rayos. Hacia el poniente el cielo enrojece. Las sombras comienzan a alargarse, se asiluetan montes, peñas y hierbajos. A lo lejos graznan pájaros errantes. Surge un aullido en la profundidad del abismo. Puede ser un puma en celo apurado de instintos sexuales. La noche plena lo ve bordear el Orolonco, cuya raíz autóctona significa
"cabeza de gavilán".
Hombre y bestia son la misma cosa, inseparables, fantasmales, cincelados como piedras movibles. La luna enciende su círculo blanco.
Al contraluz los quiscales son púas que le abren paso a su desesperada fuga".
Leyenda Laguna del Inca
Los Incas acostumbraban a celebrar sus cultos en los lugares más altos de sus dominios. Esta leyenda cuenta de una ceremonia real, muy importante, celebrada a gran altura en plena cordillera de Los Andes.
Según cuenta la leyenda, el inca Illi Yupanqui estaba enamorado de la princesa Kora-llé, la mujer más hermosa del imperio. Decidieron casarse y escogieron como lugar de la boda una cumbre ubicada a orillas de una clara laguna. Cuando la ceremonia nupcial concluyo, Kora-lle debía cumplir con el último rito, que consistía en descender por la ladera del escarpado cerro, ataviada con su traje y joyas, seguida por su séquito. Pero el camino era estrecho, cubierto de piedras resbalosas y bordeadas por profundos precipicios. Fue así como la princesa, mientras cumplía con la tradición, cayó al vacío.
Illi Yupanqui, al escuchar los gritos, se echó a correr, pero cuando llegó al lado de la princesa, ella estaba muerta. Angustiado y lleno de tristeza, el principe decidió que Kora-llé merecía un sepulcro único, por lo que hizo que el cuerpo de la princesa fuera depositado en las profundidades de la laguna.
Cuando Kora-llé llegó a las profundidades envuelta en blancos linos, el agua mágicamente tomo un color, el mismo de los ojos de la princesa. Se dice que desde ese día la Laguna del Inca está encantada. Incluso hay quienes aseguran que en ciertas noches de plenilunio el alma de Illi Yupanqui vaga por la quieta superficie de la laguna emitiendo tristes lamentos.
Poesía popular
Del libro a la campana, Del banco al profesor, Yo brindo por la palabra La hablada no escrita…
Brindo porque necesita Ser oída y respetada, Porque cuando se escucha, Y entiende sus razones, Reúne los corazones, Fortalece y orienta, Te ordena y libera Y rompe con las cadenas:
¡Enciendes las ilusiones!.